Las fundas de almohada de seda son el secreto de muchas personas para lucir una piel y un cabello envidiable. Este tejido natural funciona como un auténtico antiarrugas y permite que los diferentes principios activos que se aplican antes de dormir penetren con eficacia, lo que lo convierte en un gran aliado para nuestro cuidado tanto de la piel como de la salud mental.

Las fundas de almohada están confeccionadas en seda de morera y están disponibles en varios colores y tallas. Al final, pasamos unas ocho horas cada día con la cara y el pelo en contacto directo con la almohada, así que el tejido importa más de lo que creemos.

La funda de seda reduce la fricción hasta un 43% frente a otros tejidos. Esto se traduce en beneficios muy visibles: menos encrespamiento, menos caída o rotura del cabello, nada de marcas de sueño en la piel y una sensación general de calma al despertar. Una vez pruebas a dormir sobre seda, cuesta volver atrás.

La suavidad de la seda pura, pero también destaca otros detalles que son clave, como que no absorbe la hidratación ni los sérums, cremas y mascarillas que se usan en la rutina de noche, algo que sí hacen otros materiales como el algodón. Todo lo que aplicas de noche se queda en la piel, trabajando durante el descanso. Y además, al ser antibacteriana por naturaleza, ayuda a mantener la piel más limpia y protegida, algo especialmente beneficioso para muchas personas con piel sensible o con acné.

Gracias a este tipo de fundas la piel está mucho más cuidada y también actúan contra el envejecimiento. “No es magia, es pura lógica. Hay varios factores por los que llamamos a nuestras fundas “antiarrugas”. Por un lado, al reducir el roce constante contra la piel durante la noche, evitamos esas microabrasiones que, con el tiempo, acaban marcando. Además, mantienen la hidratación natural de la piel, y la hidratación es clave cuando hablamos de prevención de arrugas”, expone.

También resultan muy beneficiosas para la salud capilar, reduciendo el encrespamiento y manteniendo la melena suave. Además recomiendan apostar también por un coletero de seda para conservar la hidratación natural. Las gomas de pelo tradicionales, sobre todo si son de materiales sintéticos o con elástico muy duro, suelen ser las culpables de rotura, fricción y marcas. En cambio, los coleteros de seda sujetan el cabello con firmeza, pero sin apretar ni dañar la fibra capilar.

Una de las preguntas que hacen mucho a García Morales es si una funda de satén tiene los mismos beneficios que una de seda. Como apunta, el satén es un tejido que puede estar hecho de poliéster y otros materiales sintéticos, mientras que la seda es natural y tiene propiedades únicas que hacen que sea respetuosa con la piel y el cabello.

Las fundas de seda pueden parecer una moda reciente, pero en realidad es un secreto de belleza que se ha utilizado durante generaciones. No es una moda ni un lujo innecesario. Es uno de esos pequeños cambios que, cuando los pruebas, entiendes por qué marca la diferencia.

Estos complementos también son un gran aliado para cuidar la salud mental, puesto que cuando mejor se duerme, más se reduce el estrés. Las fundas de seda se pueden usar todos los días del año, pero se aconsejan especialmente en verano, porque se trata de un material termorregulador, eso significa que se adapta a la temperatura del cuerpo y del ambiente y mantiene esa frescura que tanto se busca en esta época del año.

En verano, cuando todo parece darnos calor, dormir sobre una funda de seda marca la diferencia: no retiene humedad, es ligera, transpirable… y evita esa sensación pegajosa o asfixiante que a veces sentimos con otros tejidos. Eso, al final, se traduce en un descanso más profundo y reparador, incluso en las noches más calurosas. Y como siempre, si duermes mejor, te despiertas mejor, en cuerpo, piel y ánimo.

Estas fundas se pueden lavar perfectamente en la lavadora, siempre en un ciclo delicado, con agua fría o máximo 30 °C, y con un detergente suave. Lo más importante es evitar el calor excesivo: nada de secadora. Lo ideal es dejarlas secar al aire, en plano o colgadas a la sombra. Y si quieres plancharlas, que sea a baja temperatura, con vapor suave.